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DEL TRABAJO ESCRITO SOBE El PRESTIGIO DEL HABLA 1. MARCO TEÓRICO 1.1. Lenguaje, lengua, norma y habla El presente trabajo contribuye al conocimiento
del habla colombiana actual y como tal se ubica en el marco de estudios de la dialectología. Antes de iniciar esta
investigación, ya ubicada en el marco dialectológico, es conveniente hacer referencia a los conceptos de lenguaje, lengua, norma y habla. El lenguaje en un sentido amplio, es cualquier sistema de signos que se utilizan en la comunicación y en un sentido restringido, es la facultad que posee el hombre para poder
comunicar sus pensamientos. Es decir que en sentido general, se puede hablar del lenguaje de los ojos, de las flores, de la
informática, etc. Sin embargo, del lenguaje humano es del que nos vamos a ocupar definido como la facultad del hombre para actuar comunicativa y lingüísticamente con los demás. De otra parte, según la concepción saussereana de la dicotomía lengua/habla, la lengua constituiría una abstracción de un sistema lingüístico propio, y el
habla sería la realización concreta de dicho sistema. A partir de la relación entre sistema de signos y los usuarios es cuando se puede hablar verdaderamente de lingüística del habla. Sin embargo, esos conceptos de lengua y habla, aceptados y reelaborados por una serie de lingüistas, son replanteados por E. Coseriu, quien considera que el
lenguaje existe sólo y exclusivamente como "hablar", como actividad lingüística. Para Coseriu lengua y habla, son dos
conceptos inseparables ya que "el habla es realización de la lengua y la lengua es condición del habla, se constituye sobre la base del habla y se manifiesta concretamente sólo en el habla" (COSERIU, 1982: 41) El dialectólogo Montes, se refiere al concepto de lengua teniendo en cuenta dos sentidos: "lengua como sistema de signos sonoros y sus
equivalentes escritos" y lengua como idioma, en el sentido de sistema lingüístico propio de una comunidad lingüística, lo que nos llevaría a hablar de lengua española, francesa, inglesa, etc., y dentro de ella las
modalidades propias de realización según criterios geográficos y sociales". (MONTES, 1995: 20) La lengua como instrumento de
comunicación de los miembros de una misma comunidad, utiliza un sistema de signos vocales específicos como convención interindividual. En su realización concreta en el habla, la lengua presenta tres tipos principales de variación: 1. variación diatópica (variación geográfica)
2. variación diastrática (variación en la sociedad) 3. variación diafásica (variación en la situación comunicativa) Nuestro estudio se centra en la valoración de la variación diatópica. Junto al concepto de lengua como sistema abstracto de oposiciones funcionales surge el concepto de norma, que es la realización normal del sistema y que es una abstracción
intermedia entre lengua y habla. Coseriu dice que: "la norma es la realización «colectiva» del sistema, que contiene el sistema
mismo y, además, los elementos funcionalmente «no pertinentes», pero normales en el hablar de una comunidad, el hablar (o, si se quiere habla) es la realización individual-concreta de la norma, que
contiene la norma misma y, además, la originalidad expresiva de los individuos hablantes". (COSERIU, 1982: 98) Además, considera que
la norma es un sistema de realizaciones obligadas, de imposiciones sociales y culturales y varía según la comunidad. Al interior de la misma comunidad lingüística nacional y dentro del mismo sistema funcional, se pueden
encontrar varias normas; pero esas normas se diferencian sobre todo por el léxico y a veces también por aspectos gramaticales y de pronunciación. En Colombia, por ejemplo, los dialectos básicamente se diferencian por el léxico (algunos con substratos indígenas), por la pronunciación y por algunos rasgos gramaticales. Montes por su parte, hace referencia a la norma como «tradicionalización o historización de la convención». (MONTES, 1995: 26), que permite que haya continuidad de la comunicación y de la transmisión de
la cultura. Además divide la norma en norma consecutidinaria o real y norma prescriptiva. Esta última es la defendida por la academia y es básicamente un modelo abstracto. La norma real la divide a su vez en norma
funcional y norma formal. La primera, es la que se emplea para establecer las distinciones pertinentes del código; la segunda,
es la que se mantiene por imposición social del grupo, pero que no afecta el mensaje. Esta norma formal es la que hace que haya
rasgos propios en una comunidad lingüística determinada, la que permite identificar la variedad dialectal. Esta variedad dialectal expresa un estado psicosocial del hablante. Surge entonces la concepción de dialecto, que es el objeto propio de la dialectología la cual "debe dar razón de la variedad y variación intradiasistemática". (MONTES, 1995:
115) 1.2. Norma e idioma Montes
define norma como tradicionalización de la convención destacando así su carácter histórico-social. La norma, entonces, institucionaliza la convención dentro de la sociedad. A partir de ella se originan «todas las
agrupaciones históricas del hablar» ; es decir que la norma conforma los idiomas o las formas de hablar propias de las distintas comunidades humanas.La norma viene a ser un principio que agrupa a las
hablas que se realizan de manera semejante dentro de una lengua; es decir, que la norma determina a las realizaciones que están contenidas en un sistema mayor. Se constituyen un lazo de unión entre muchos individuos,
pues diversos grupos étnicos se identifican por su idioma y conservan las normas como distintivos de su comunidad o grupo social. Lo mismo sucede con las lenguas nacionales o internacionales, tienen también normas
generales que hacen que haya identidad de la lengua idioma frente a otras. Entonces, podemos destacar el carácter de la lengua como factor fundamental de identidad de los pueblos.
En cuanto al español de Colombia, encontramos que al interior de la norma general, coexisten normas parciales que determinan los dialectos. Como
propuesta de división dialectal de Colombia, anteriores a la de José Joaquín Montes se tienen las siguientes:Desde el punto de vista de la etnografía y la sociología la comunidad hispanohablante
colombiana se divide en ocho grupos: el grupo costeño, caucano, antioqueño, santandereano, cundiboyacense, llanero, tolimense y nariñense. Esta división fue adoptada por el Atlas de Colombia del Instituto Geográfico
Agustín Codazzi. Luis López de Mesa adopta la misma división con algunos ligeros cambios, como la exclusión del grupo llanero.
Desde el punto de vista dialectológico Luis Florez propone la división en siete grupos: el costeño, el antioqueño, el
nariñense-caucano, el tolimense, el cundiboyacense, el santandereano y el llanero. J. J. Montes propone dos superzonas una
superzona costeña; dividida a su vez en zona caribe y zona pacífica. Estas zonas comparten muchos rasgos fonéticos y gramaticales, tales como la aspiración o pérdida de la /s/, la neutralización de /r/ y /l/ en final de
palabra, la velarización de /-n/; pero es principalmente el léxico lo que separa a la costa Pacífica de la Atlántica; como también el tuteo en esta última, opuesto al voseo de la primera zona.
Una segunda superzona es la interandina que a su vez se divide en: zona central y zona occidental.Para la zona oriental puede
establecerse las siguientes subzonas: tolimense, huilense, cundiboyacense identificada por el uso de su merced; y la zona santandereana. La zona occidental se divide en las siguientes subzonas: nariñense caucana; caracterizada por los siguientes rasgos: articulación bilabial de la /-n/>/-m/, caso del voseo,
/a/ /o/ inacentuada al final de palabra es frecuentemente pronunciada con timbre de /u/. En el léxico, voces como zapallo, pelusa o pelo "cabello de la mazorca", sumbo. Luego sigue la zona antioqueña-caldense,
caracterizada por la neutralización de /ll/ y /y/; y la articulación de la /s/ como apicoalveolar o coronodental.
1.3. El idioma y los valores Las lenguas no se pueden ver como un instrumento más y lo que es peor externo al hombre y a la
sociedad. La lengua debe entenderse y analizarse como fenómeno profundamente ligado al hombre y a la sociedad, y es natural que
ésta sea objeto de emociones, vivencias, pasiones y por supuesto que recoja todas las valoraciones dadas por la comunidad que la emplea para su servicio intercomunicativo e interactivo. La norma como medio indispensable de continuidad de la comunicación y de la transmisión de la cultura, institucionaliza la convención dentro de la sociedad y
es a la vez portadora de valores ligados a la lengua, ya que toda entidad idiomática siempre está sustentada en una serie de valores sociales.El idioma recopila y expone los valores de una nación, éste
siempre va ligado a una estructura y es a través de él que se manifiestan las experiencias, vivencias y todo lo referente al aspecto socio-cultural de un pueblo. Por medio del idioma se porta y
manifiestan todas las entidades distintivas de las comunidades humanas. 1.4. El Prestigio lingüístico de la lengua-idioma
Un hablante conoce formas lingüísticas con y sin prestigio y de acuerdo a la situación de habla hace uso de ellas.Este prestigio puede ser originado por distintas causas, entre ellas tenemos las siguientes: 1. Causas
religiosas: Todas las religiones tienen su lengua propia que es un lazo de unión entre sus miembros y por lo general es supranacional, por ejemplo el latín era lengua propia de la religión católica por tradición.
2. Causas culturales: Sapir dice que cultura es todo lo que hace, dice y piensa el hombre. El concepto de cultura tiene en la
actualidad, dos acepciones: una antropológica y otra tradicional. La primera, define la cultura como "el conjunto de costumbres, hábitos tradiciones y modos de vivir de cualquier grupo social", (ALCALÁ, 1982:21) sin
importar su adelanto o su atraso con referencia a las costumbres actuales. De este modo, todos los grupos humanos tienen una cultura, y ninguna es mejor o peor sino que todas están a un mismo nivel. La segunda acepción, tiene que ver con las manifestaciones superiores de la civilización; es decir, con el arte, la literatura, la
ciencia, la filosofía, las comunicaciones, etc. En este plano si hay diferencias de prestigio, pues depende del desarrollo y acopio de estos elementos que aumenta su importancia. Los pueblos que tienen fama de cultos, también tienen prestigio en su lengua. Por ejemplo el francés es una lengua de prestigio cultural.De
otro lado, ocurre muchas veces que una nación aunque haya alcanzado un desarrollo cultural alto, puede estar bajo la influencia cultural de otra nación, o al contrario, que un grupo lingüístico se convierta en modelo
para los demás. La influencia lingüística de una nación sobre otra se manifiesta por el estado y el uso constante de la lengua
de prestigio o superestrato. Por ejemplo, en Latinoamérica la lengua de prestigio es el inglés, y debido al desarrollo científico y tecnológico, se hace necesario estudiar inglés. 3. Causas políticas: Cuando un país aumenta su influencia política, también amplia su cobertura de comunicación con otros países. Se establece así un
intercambio cultural, político y lingüístico, y la lengua del país que ejerce tal influencia se vuelve prestigiosa. 4. Causas
geográficas y sociales: Cuando una nación tiene un territorio extenso, por lo general, tiene mayor prestigio. Asimismo, cuando tiene un mayor número de hablantes. Estas serían las principales causas, sin agotar el tema; sin embargo, de todo lo anterior se pude deducir que son los fenómenos extralingüísticos los que originan la importancia
de un idioma frente a otro. Por consiguiente, podemos decir que todas las lenguas tienen igualitarismo lingüístico-idiomático,
pero si se las considera en su contexto social, algunas de ellas adquieren más prestigio que otras; por lo tanto podemos decir que las lenguas siempre están ligadas a valores culturales, sociales, políticos, religiosos,
etc., que las influyen y modifican. De otra parte, en Colombia, hay una variedad dialectal y nuestro propósito es determinar cuál
de esas variedades tienen mayor prestigio frente a las demás. Es posible que el habla de Santa Fe de Bogotá sea la más prestigiosa debido al centralismo político, económico y social, que hace que cada día lleguen más
gentes a esta ciudad provenientes de todas las regiones de Colombia, y por tanto esto repercute en el plano lingüístico, pues en esta ciudad convergen todas las variables dialectales del español de Colombia. Sin
embargo, esta afirmación es puramente intuitiva y a través del desarrollo de esta investigación que nos proponemos reafirmarla o refutarla. 1.5. La variación
En este apartado se analizará el carácter de la diversidad lingüística. El uso de la lengua se manifiesta en una variedad casi ilimitada, variedad que se debe a factores tanto sistemáticos como
extrasistemáticos y que afectan al hablante que utiliza la variación sin hacer conciencia de ello. Tuson afirma que: "el hablante no tiene ninguna intencionalidad al hablar tal dialecto o tal lengua ya que el
aprendizaje de la variación no está sujeta a una institución social que la mantenga". (TUSON, 1989:35). El hablante aprende el dialecto en su proceso de socialización mediante el diálogo, primero en la familia, luego en
la comunidad y posteriormente en la escuela, que se convierte en el primer enemigo de la variación gracias al interés que tiene como sistema regulador del comportamiento social en el que la variedad se entiende
como un error frente al sistema normativo. Entonces la dimensión del poder del lenguaje, está en la variedad del habla, no en
la rigidez de la norma. Por lo tanto, se deja de lado el imposible purismo, en una lengua que desde sus orígenes no es prefigurada, ni predicable ya que el "pacto lingüístico" es decir el acuerdo para usar un registro,
perteneciente a una lengua determinada, no es impuesto mediante leyes (salvo en los procesos, de conquista en donde sobrevive substratos que vienen a reforzar la variedad) es fruto de herencias, interferencias y otros
factores históricos que participan en la conformación del habla como idioma. Al buscar la base del problema, se puede definir
variación como el conjunto de elementos lingüísticos de similar distribución en el habla de una comunidad. Se dice que un escucha se encuentra frente a una variación cuando el enunciado corresponda semánticamente con la
intención del hablante, así este utilice estilos diferentes a nivel de pronunciación textual y lexical.La variación lingüística se entiende como un término general que puede abarcar manifestaciones de
habla tan amplias como los idiomas, los dialectos y los estilos. Teniendo en cuenta este concepto amplio de variación, se
presenta un problema en cuanto a las fronteras que delimitan su uso considerado como variante; situación que hasta ahora ha sido salvada mediante la confrontación de la variante con el habla estándar que se considera
como prestigiosa en el colectivo social.Establecida la variación como lo señala Cedergren "un conjunto de equivalencias de realizaciones o expresiones patentes de un mismo elemento o principio subyacente";
(CEDERGREN, 1989:32) significa que la variación lingüística se manifiesta mediante realizaciones fonológicas, sintácticas o léxicas que constituyen la cadena sintagmática; que el concepto de variación es de carácter
contrastivo; y que la variación, como ya se dijo, supone la existencia de equivalencia semántica y referencial. Entonces, se
considera que los factores lingüísticos y sociales son los que impulsan la variación, por lo tanto no se concibe la existencia de variación por sí sola, dependiente sólo de factores sistemáticos, esto implica la
necesidad del trabajo mancomunado entre dialectología y sociolingüística, otra alternativa viable sería darle valor a la variable social en los estudios dialectológicos tal como se pretende en esta investigación.
La variación se manifiesta en los diferentes niveles de la lengua, por lo tanto, puede haber variación fonológica, morfosintáctica y
léxica, en las que los factores del sistema lingüístico y los sociales intervienen como determinantes de su presencialidad en el habla. 1.5.1. Variación fonológica Los estudios dialectológicos generalmente se han
centrado en el tratamiento de la variante fonológica, debido a que ésta es la más evidente en el acto de habla. Se considera
variación fonológica al segmento subyacente que en las realizaciones de superficie, en el eje sintagmático constituyen un conjunto de equivalencias sin llegar a ser alófonos. Es decir, que la variante fonológica está
determinada por el contexto y su formulación se realiza mediante reglas de variación que se ubican según su uso por una comunidad de habla determinada. Los elementos que determinan sin considerar o no como variación un segmento de la cadena fónica, son los rasgos distintivos, teniendo siempre en cuenta que la variación
fonológica no debe llegar a ser semántica o alofónica. Respecto a los condicionantes de la variación fonológica. López Morales
afirma: "la variación fonológica está condicionada por una serie de factores lingüísticos que son: distribucionales, contextuales (incluyendo elementos suprasegmentales) y funcionales". (LÓPEZ MORALES, 1979:28) 1.5.2. Variación sintáctica y léxica Es
clara la preferencia de los estudios dialectológicos por la variación fonológica, debido a su reiterada manifestación en el corpus y de la facilidad de trabajar con ella a manera de variables discretas. El problema se
complica en la variación sintáctica, ya que fácilmente se puede considerar como variación sintáctica ciertas manifestaciones que pueden conllevar cambio de significado. Entonces se plantean algunas consideraciones sobre variación sintáctica desde el espacio que comparten la dialectología y la sociolingüística. William Labov afirma que:
"la variación social y estilística presuponen la opción de decir lo mismo de modos diferentes; es decir, las variantes son idénticas en cuanto a referencia o valor de verdad,
pero se oponen en cuanto a su significado social y/o estilístico". (LABOV, 1989:25) Aquí se empieza a manifestar el problema
ya que si en la contextualización de la variante fonológica existen factores lingüísticos y sociales que determinan los conjuntos de equivalencia, en la variación sintáctica, debido a la ampliación del conjunto hacia
secuencias, sintagmas y oraciones, es difícil establecer un procedimiento generalizado de selección de los conjuntos de equivalencias.Esto ha llevado a que los estudios dialectológicos y
sociolingüísticos, a este nivel, sean pocos y que cada uno revise sus puntos de referencia que le permitan estudiar el fenómeno, minimizando variables, dando razón, lo más amplia y clara posible del conjunto en cuestión.
El problema en cuanto a la variación sintáctica y léxica está, según David Sankoff en que las estructuras sintácticas
similares, en diferentes contextos pueden tener significados diferentes u otros comportamientos comunicativos. Problema que se relativiza en el uso escrito gracias a su estructura y superestructura, que determinan las
posibilidades comunicativas. A nivel sintáctico la selección del conjunto de equivalencias y su distribución en el contexto-cotexto, debe ser tomada de
manera más flexible que a nivel fonológico. A esta actitud Sankoff la denomina distribución complementaria débil, y en ella es permitido: a. Que los conjuntos de equivalencia desempeñen la misma
función y que cualquier distinción a nivel referencial sea neutralizada en el discurso. Caso en el cual la forma textual se configura como posibilidad de variante lingüística. b. Que los conjuntos de equivalencias conservan diferencias pero que sus funciones se alternen, dándole valor de variación por su similar intención
comunicativa. De esta manera, una variación sintáctica, para ser considerada como variación dialectológica, y en proyección,
sociolingüística, debe covariar con factores sociales y estilísticos. Los primeros tienen que ver con variables del contexto social: edad, raza, sexo, clase social, entre otros; y los segundos con el aporte individual
que el productor interpretador de textos asigna al habla, sujeto este perteneciente también al social. 1.6. El dialecto
El objeto de estudio de la dialectología son los dialectos, por tal razón, se hace necesario aclarar los diversos conceptos que
este término ha suscitado. Pero antes de hablar de ellos, es necesario reconocer la existencia de conceptos tales como:
a. Diasistema: que implica la coexistencia de "sistemas" en toda lengua, que a manera de subsistemas componen la lengua histórica o
idioma. b. Diatopía: entendida como la diferencia dialectal horizontal de acuerdo con la dimensión geográfica espacial. Es
constitutiva del diasistema. c. Diastratía: diferencia dialectal vertical que implica factores socio-culturales, ubicados en
la escala social y determinadas por las relaciones comunicativas que cada clase establece como adecuadas a su condición. d.
Diafasía: diferenciación según el tipo de relación entre los interlocutores, según la situación u ocasión de hablar. Todas
estas formas se correlacionan con variaciones de modalidad expresiva o estilo, llamadas también diferencias diafásicas. Ahora,
entrando en las consideraciones sobre el dialecto. Es de anotar que histórica y culturalmente este se encuentra dentro del sistema, él mantiene la esencia y a la vez las características diferenciadoras de tal sistema;
es decir, conforma su estructura con variables mayores y menores. Aceptando que la lengua es un conjunto de variables o
dialectos, no se puede delimitar la existencia de un solo dialecto, y debe decirse más bien, que existen "hechos dialectales" en un número prácticamente ilimitado porque se determinan por el conjunto de
variaciones utilizadas por los hablantes. El fenómeno dialectal es complejo, se habla de diferentes tipos de dialectos y casos
dialectales. Sin embargo, dos son los conceptos principales de dialecto:EL que es manejado por los lingüistas, que hace referencia al sistema estructural y que se define como "variedad parcial de un
complejo lingüístico considerado autónomo para objeto del análisis de tal complejo" (MONTES, 1987: 50) El manejado por los no
lingüistas y que hace referencia al aspecto idiomático: "Un dialecto en este sentido, es por consiguiente, cualquier idioma que no alcanza el nivel de lengua como sistema plurifuncional normativizado y prestigioso"
(MONTES, 1987: 50) Una lengua común no se actualiza de hecho, sino a través de sus variedades o dialectos. Como lo precisa
Montes, en el territorio total por el que se extiende una lengua se divide en dialectos (superdialecto, subdialectos); y dentro de cada dialecto se establecen variedades según estratos o situaciones comunicativas.De tal forma se distinguen dos variedades: a. Una variedad diastrática determinada por capas, estratos o grupos
de sociedad; que corresponde al denominado dialecto homogéneo y aquí se encuentran variedades como: sociolecto, tecnolecto, jerga y argot. b. Una variedad diafásica, modalidad de habla que se adopta según la situación comunicativa, ejemplo de ello son: habla cuidada-descuidada, literaria, culta y familiar entre
otras. Esto es lo que denomina Coseriu modalidades de estilo. Montes, en el texto en cuestión, recuerda la opinión de Graur:
"un dialecto está siempre subordinado a una lengua, que si escapa a la subordinación de aquella lengua ya no es dialecto sino lengua independiente", además que los dialectos son precisamente "ramificación territorial de
una lengua". Es pertinente definir qué es lengua y dialecto como lo propone Silva-Corvalán: "Una lengua delimitada con base a
factores históricos, político-geográficos, sociales y culturales, tanto como lingüísticos comprende un conjunto de dialectos los que a su vez pueden constituir familias de dialectos menores dentro de la familia mayor de
dialectos que en su conjunto es denominado lengua". De otro lado, en el desarrollo filogenético de las lenguas como idiomas,
el cambio lingüístico y los procesos sociales, pueden generar variaciones fuertes, que se configuran como lenguas diferenciadas compartiendo el mismo territorio. Estos son los denominados dialectos heterogéneos. 1.6.1. Dialectos locales Otro término que se relaciona con el dialecto es el acento, muchas veces confundido con el dialecto, pero el acento se refiere a la manera de pronunciar un determinado dialecto,
es decir, a los aspectos fonéticos tanto como suprasegmentales. Se puede decir que los dialectos difieren con respecto al léxico, la morfología y la sintaxis mientras que, los acentos sólo lo hacen fonética y
fonológicamente. Para terminar en un concepto más amplio los dialectos se pueden clasificar en:
a. Dialectos primarios: los más antiguos de la lengua histórica. b. Dialectos secundarios: dialectos dentro de la misma lengua. c. Dialectos
terciarios: dialectos dentro de la misma región. Como los que interesan en este trabajo. En esta investigación se implementa
el concepto de dialecto como variedad regional, diatópica u horizontal que entra a ser parte del dialecto terciario, sin confundirse con el acento. 1.7. Creencias y actitudes lingüísticas Los estudios sobre actitudes y conciencia
lingüística han tomado cada día gran importancia. Humberto López Morales, es uno uno de los estudiosos que se ha ocupado de este tema, por lo tanto vamos a mirar un poco la clasificación que hace este
autor. López Morales parte de dos grandes grupos de definiciones de actitudes, unas son las mentalistas y otras las conductistas. Las características de las actitudes mentalistas son definidas por Alleport
como: "Un estado de disposición", y según Fishman: "Una variable que interviene entre un estímulo que afecta a la persona y su respuesta a él"; de tal forma, siendo así la actitud de una persona la prepara para que
reaccione ante un determinado estímulo de una manera específica. Según el autor, el estudio de este tipo de actitudes conlleva inconvenientes metodológicos, puesto que la actitud no es observable, ni analizable
directamente y no puede inferirse y tampoco es posible elaborar el mecanismo que permita medir algo que carece de la forma manifiesta. Por otra parte, las definiciones conductistas basadas en las respuestas que
los hablantes dan a ciertas situaciones sociales pueden estudiarse directamente, pero tienen el problema según el autor, de que no predicen ningún tipo de conducta, por lo tanto no pueden constituir patrones
sistemáticos coherentes. Otro elemento distintivo es la estructura que compone la actitud. Los mentalistas la consideran
múltiple y los conductistas la conciben como unidad indivisible. Con base en la primera consideración hay autores que piensan que la actitud está formada por tres componentes: el primero, el cognoscitivo, en el que se
incluyen las percepciones, las creencias y los estereotipos presentes en el individuo; el segundo el afectivo, referido a emociones y sentimientos, y el tercero del comportamiento, que es la tendencia a actuar y a
reaccionar de cierta manera con respecto al objeto. Otro modelo es el de Rokaech presentado por López Morales en el cual la
actitud se compone de un sistema de creencias y cada una de ellas tienen esos tres componentes: cognoscitivo, afectivo y conductual. Por otro lado, Fishman transforma la concepción multicomponencial y presenta la distinción entre actitud y creencia, la primera compuesta por el rasgo afectivo; y la segunda por
el cognoscitivo y el de acción. A pesar de las notorias diferencias en los conceptos de actitud hay varios denominadores comunes,
así lo señalan Shaw y Wright: "Las actitudes son adquiridas, son relativamente estables, tienen un referente específico, varían en dirección y grado; y proporcionan una base para la obtención de índices cuantitativos".
Después de estas consideraciones el autor propone la suya en la cual la actitud va a estar dominada por un solo rasgo: el
conativo a diferencia de los otros modelos y a semejanza con Fishman separa actitud de creencia; y plantea que las actitudes sólo pueden ser positivas, de aceptación o negativas de rechazo, y una actitud neutra
sería una ausencia de actitud. Por lo tanto, las creencias si pueden estar integradas por una cognición y un integrante
afectivo, aunque no todas las creencias producen actitudes, siendo así, las relaciones entre creencias y actitudes. Los conceptos de actitudes presentados buscan dar razón de diferencias, por lo general, fundamentalmente fonético-fonológicas en el sistema. En particular, las actitudes serán vistas extralingüísticamente, para buscar con ellas dar razón de la posición del usuario de la lengua con relación a los
otros usuarios en diatopías específicas. |